Una de las que más llama la atención cuando ojeas un libro de la Edad Media, son las letras que aparecen al principio de cada uno de sus capítulos o párrafos. Son bastante más grandes que el resto, su caligrafía es cuidada y solían estar decoradas.
A veces, estas incluyen patrones de relativa simpleza, pero otros son auténticas obras de arte. Más allá de su valor estético, sin embargo, estas antiguas letras capitulares tenían una función y un propósito. El texto, en estos viejos libros, era un bloque más o menos homogéneo y la presencia de estas letras favorecía mucho la legibilidad.
Con el paso de los siglos, sin embargo, estas fueron cayendo en desuso, conforme aparecían alternativas que facilitaban la lectura y resultaban menos costosas que utilizar estas evocadoras letras para destacar el inicio de cada párrafo.
Para distinguirlos, por ejemplo, lo habitual en español es dejar un espacio en blanco en la primera línea de cada párrafo, que llamamos sangría.
Índice
¿Dónde puedo incluir una letra capitular?
En los textos actuales, los lugares donde suele ser más común encontrar una letra capitular es el primer párrafo de un capítulo.
Esta letra suele tener el alto de dos o tres líneas, un mayor grosor, y en ocasiones se emplea una tipografía distinta y más bonita que la del resto del texto.
En menor medida, también se pueden utilizar para marcar un cambio de escena. No obstante, es bastante más común recurrir a un espacio en blanco, incluir una pequeña ilustración entre el párrafo que da término a una escena y el que inicia la siguiente, o colocar varios asteriscos.
En la inmensa mayoría de casos, su función solo va a ser estética, dado que existen una serie de convenciones que dan a las páginas de inicio de capítulo un aspecto diferenciado al del resto del libro:
- Se deja un espacio en blanco mucho mayor al margen que tienen el resto de páginas.
- Si el texto incluye el número de página o una cabecera en la parte superior, esta se elimina en la página donde inicia el capítulo.
- Los capítulos suelen empezar en página impar, ya que es la primera que queda a la vista del lector (occidental) al pasar página.
- El texto del capítulo suele ir precedido de un número y, en ocasiones, un título. El tamaño de los caracteres suele ser mayor, se recurre a la negrita, o se escoge una tipografía distinta para destacarlos.
En el mejor de los casos, la letra capitular va a ser una opción de muchas en la caja de herramientas de un diseñador.
¿En qué libros conviene (o no) usar una letra capitular?
Salvo en contadas excepciones, y como ya he comentado, la principal función de una letra capitular va a ser estética. Así que tampoco te tomes esto como una norma a seguir ciegamente, sino una pequeña reflexión por mi parte.
A grandes rasgos, te diría que las letras capitulares pueden encajar bastante bien en las novelas históricas, así como en aquellas que estén ambientadas varios siglos atrás. El uso de la letra capitular, sobre todo si escoges una tipografía bien diferenciada del resto del texto, puede darle un regusto clásico que encaje bien con la temática de tu libro.
En ese sentido, también pueden quedar bien en una novela de fantasía, sobro todo si esta tiene una ambientación medieval o incluso romana. Yo, por ejemplo, empleo letras de este tipo en la edición en papel de Los orígenes de Max Magnus.
En la mayoría de libros de no ficción, en cambio, no creo que fueran a encajar igual de bien. Volviendo a un caso particular, al maquetar Cómo publicar una novela de fantasía sin milagros ni magia deseché esa opción bastante rápido.
En la mayoría de programas, ya sea procesadores de textos como Word, o programas específicos para maquetar como Indesign, es posible añadir estas letras capitulares de forma automática. Mi recomendación, por tanto, es que hagas tus propias pruebas hasta encontrar con la que más te guste.
Teniendo en cuenta, eso sí, los problemas que te describo en el siguiente apartado.
Los problemas de usar una letra capitular en un libro
Aunque la mayoría de procesadores de texto modernos, así como Indesign, te permiten configurar la letra capitular de forma automática, su uso no está exento de problemas.
Sí. Lo sé. Pero no todo podía ser tan bonito.
Las letras capitulares en un libro digital
En primer lugar, está el hecho de que las letras capitulares pueden dar problemas en un libro digital. A diferencia de en el libro en papel, donde la página está impresa y se va a ver igual en todos los ejemplares, en un ebook el diseño es variable.
Funciona como esta página web, que se adapta al dispositivo que utilizas. En una pantalla de móvil, por ejemplo, Alcandaya no se ve igual que en un ordenador.
A esto tienes que añadir, que este tipo de dispositivos se renuevan con mucha menos frecuencia que los móviles o tablets. ¿Cuánta gente conoces que tenga un móvil de hace 5 años? Casi nadie. Pero no es raro que alguien tenga por casa un ebook Kindle así de viejo.
Todas estas variables son un problema. Y no te puedo garantizar que la letra capitular se vaya a ver bien en todos los dispositivos. Así que mi recomendación es que, por ahorrarte problemas, la omitas en la versión digital de tu libro.
Párrafos cortos, diálogos y otros quebraderos de cabeza para el maquetador
Este es otro aspecto donde el uso de las letras capitulares puede traer problemas. Lo más habitual, es que este tipo de caracteres sean tan grandes como 2 o 3 líneas de texto, por lo que no encajan bien con párrafos de una línea.
De hecho, yo te diría que para que una letra capitular se vea bien de verdad, lo idóneo es que el párrafo tenga al menos un renglón más de los que ocupa este carácter, como puedes ver en la siguiente imagen:
También suelen dar problemas, aquellos capítulos que empiezan con un diálogo en estilo directo (ya sabes, esos que empiezan con un guion largo), con unas comillas, o con cualquier carácter que no sea alfanumérico.
Al igual que en el caso anterior, estos símbolos no se ven bien. Y desde mi punto de vista, no hay una alternativa elegante.
Eliminar el símbolo me parece mala idea, ya que este da información importante al lector. Tampoco suele quedar muy bien extender la letra capitular a dos caracteres.
Y si has acostumbrado al lector a ver una letra capitular en determinadas circunstancias, no puedes romper ese patrón a mitad del libro y recuperarlo en el capítulo siguiente.
Lo único que te puedo recomendar, en esos casos, es reescribir el inicio en cuestión, para evitar este tipo de problemas. O renunciar a utilizarla, vamos.
Asegúrate de que la tipografía que usas es legible
Un aspecto muy importante a tener en cuenta, es qué fuente utilizas a la hora de crear tu letra capitular. Buscar una fuente de tipo script, que suelen imitar la escritura manuscrita, estar en cursiva, y poseer diversas florituras puede ser una buena idea en papel.
El primer y principal requisito, es que la fuente sea legible, y que no haya letras que puedan dar lugar a confusión. En algunas fuentes, la M y N, o la I y la J, por poner algunos ejemplos, pueden dar lugar a confusión. Lo bueno es que muchas webs, como Google Fonts o Font Squirrel, te permiten escribir el texto que quieras para previsualizar el resultado.
Otro aspecto que debes tener en cuenta, si utilizas una fuente tipo script, que imita la escritura caligráfica, es que sus florituras no tapen el resto del texto. En algunas la letra Q mayúscula, por ejemplo, tiene una cola demasiado larga, que puede llegar a tapar el texto.
Si la letra capitular solo roza el resto del texto, no pasa nada. Puedes hacer algún pequeño ajuste, como incrementar la distancia entre la capitular y el resto del texto, hasta encontrar un punto que te resulte atractivo.
Para que estos problemas no te lastren en exceso, mi recomendación es que dediques unas horas a preparar el diseño de tu libro antes de empezar a maquetar, que hagas pruebas para ver cómo quedan las cosas, y que intentes abarcar tantas variables como puedas.
Porque es más fácil aplicar un cambio, cuando solo estás trabajando una muestra de dos capítulos, que cuando casi has terminado de maquetar el libro entero.
¿Te has decidido a autopublicar tu primer libro?
Si es así, no te vayas todavía. Alcandaya ofrece de forma gratuita, a los suscriptores de su lista de correo, una checklist en la que hemos incluido los errores más comunes que cometen los escritores al autopublicar su primer libro. Consta de tres apartados diferenciados:
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